Columnita escrita para el periodiquito de Alasita “Brújula”.
De la lunita su satélite
El bicentenario del Ekeko
El Ekeko, reivindicando el haber nacido con la República de Bolivia, decidió festejar a lo grande su bicentenario en un lujoso “cholet”.
Hubo muchos invitados, pero pocos concurrentes, como a la posesión del poseso Maduro.
La kakistocracia se excusó a causa de los bloqueos de un “delincuente confeso”; otros tomaron un vuelo de BOA y llegaron tres días después; y a otros más los detuvo la ANH con 20 litros de diésel en su mochila, regalo para el camión del Ekeko, parado en el surtidor. Tres Magos persas no lograron llegar, heridos por la explosión de sus buscapersonas.
El ministro de gobierno tampoco asistió, por tener que esconder a un bandolero chileno, lo mismo que el cajero plurinacional por estar pesando los últimos gramos del oro que envenena los ríos.
En cambio, estaban presentes, tomados de la mano, dos tilines, uno con y otro sin bigote, pero sus vástagos declinaron la invitación por tener que atender, respectivamente, la alcaldía de la familia y las plantas de biodiésel y de litio, por su experticia botánica. El bloque de los opositores envió a los 137 precandidatos que se unieron a su proyecto.
Los juguetes más vistosos fueron dos plantitas de extracción del litio de los salares: una rusa, con un contratito que se lleva toda la producción a su país, y la otra, inservible por tener las instrucciones en chino.
Donald Trump, furioso porque las 200 velitas le resultaron más caras que su “escort”, donó la torta cumpleañera, junto con un ultimátum para que se entregue a su país el Ekeko y sus pertenencias.
No se pudo servir bebidas importadas, debido a la falta de dólares. Esta situación fue salvada por el inefable “Reloj al verés”, al donar una caja de licor de coca.
La Paz, 24 de enero de 2025
Panchito, el temible Zárate.